jueves, 29 de agosto de 2013

Nauseas condicionadas


Hay muchas personas, que sienten nauseas en ciertas ocasiones especificas, grandes y chicos, niños y adultos, por ejemplo cuando van a la escuela, por las mañanas antes de levantarse, cuando viajan en un auto, cuando se enfrentan a situaciones nuevas, etc. Cuando los padres me manifiestan que las nauseas en su hijo puede deberse a una reacción alérgica del organismo a la lactosa, yo les respondo, que puede ser, pero puede ser también que no se deba a ello, siempre les invito a ser mas analíticos y estudiosos de la conducta de sus hijos, debido a que esas nauseas no siempre se ve después de tomar su leche. Les invito a medir el tiempo entre comidas, a cuantifica la frecuencia de las nauseas y en que circunstancias se dan, y qué relación tienen con la ingesta de comida. Por ejemplo la hija de una clienta siempre siente nauseas cuando viaja en auto, a cualquier hora del día, haya tomado leche o no. Ahora bien, ella misma siente nauseas cuando viaja en auto, sin embargo ella no toma leche.  Claro que después de la lactosa de la leche, no falta otras razones para explicar las nauseas que siente el adulto. Que le cayó mal la comida, etc.  Hasta llegan a pensar que es hereditario, esto de la nauseas, si no la alergia a la lactosa.

Sin embargo existe algo que se establece como una condición entre la aparición de la nauseas y una circunstancia especifica. Me explico mejor. La nauseas puede ser mejor explicada mediante un condicionamiento clásico. Más o menos el condicionamiento clásico en este sentido puede establecerse así en el caso de nauseas cuando se viaja en auto: Si una niña o un niño toma una buena comida ingerida, leche incluida por la mañana para darle más fuerza a la costumbre de que esa leche es la culpable, y sube después al auto, las condiciones del movimiento del auto pueden efectivamente hacer que el niño se sienta mareado y sentir nauseas y hasta vomitar en el mismo auto si no se tiene una bolsa disponible para evitar el bochorno, sin contar con las innumerables variables que pueden influir en ese mismo momento, alguna conversación desagradable, algún posible accidente o miedo y ansiedad en viajar en ese auto hacia una situación nueva o desagradable. Es más, si se llega a vomitar las lamentaciones o quejas de la madre o de los presentes pueden hacer sentirse mal al niño. Aquí el estimulo incondicionado EI es la comida y el movimiento del auto que movió el estomago con su vaivén, porque nunca antes le dio esa nauseas por comer antes lo que comió. Y las nauseas o el vomito sería la respuesta incondicionada a esa ingesta de comida RI. Si esta escena se repite varias veces digamos una o dos semanas, y siempre se siente las nauseas cuando va en auto después de comer, el  auto se convertirá así en estimulo condicionado EC y el vomito se convertirá en respuesta condicionada RC, ya no a la comida EI que dejo el poder de provocar las nauseas, si no al auto EC, receptor ahora, del poder de causar las nauseas.

Los padres se preguntaran varias veces por que la niña siempre siente nauseas cuando viaja en autos, aunque haya comido mucha antes de hacerlo. Tenderán a pensar y responsabilizar a la comida EI, aun le darán el poder ya perdido de provocar las nauseas a la ingesta de comida EI, cuando ya esté perdió su poder.  

El hecho es que aquella niña que siente nauseas en el auto, no la siente en otro momento, siempre en el auto, no la sienta jugando, saltando, corriendo, si no en el auto, se tipificaría entonces un condicionamiento clásico, nauseas/auto difícil de aceptar por muchos. Esto se ve día a día, y es un problema que puede continuar incluso cuando ese niño llegue a adulto.   

sábado, 17 de agosto de 2013

Edad y madurez.


La edad en las diferentes especies que pueblan este planeta es una forma de saber a qué grado de desarrollo corporal ha llegado tal o cual organismo, más que nada, es un indicador de desarrollo físico, de cambios corporales, cambios también en las funciones de ciertos órganos, como el sexual en el adolescente, el crecimiento de los pectorales y la gravedad de la voz. La madurez desde su acepción física, acompaña también los cambios producto de la alcanzar cierta edad cronológica. Sin embargo, la acepción de madurez en el sentido de ser una forma de pensar, sentir y actuar, va por camino separado de la “madurez cronológica”.

Este significado de madurez implica cierta forma de enfrentarse a los problemas de la vida cotidiana, esta forma de enfrentamiento conlleva como se dijo cierta forma de pensar, sentir y actuar frente a los problema orientados a su solución, a hacer uso de derechos y deberes así como asumir  las responsabilidades que esto lleva, sin pretexto ante el error, sin miedo, ni evasión ante las responsabilidad, aceptando errores y rectificando los mismos para el aprendizaje. Para que se dé esta acepción, el miedo, la ansiedad u otro problema o síntoma psicológico, no debe ser por padecer algún trastorno psicológico.

La madurez en este sentido no siempre se ve en gente madura cronológicamente, vemos a diario adolescentes que presentan conducta inmadura y muchos de ellos conducta madura, como aquel que soporta la presión de grupo,  y dice no ante invitaciones que pueden perjudicarlo como aceptar drogas o licor. No en todos los adultos se ve tampoco conducta madura, y si elevamos la valla social para medir esta madurez, los adultos nos veremos peor que los adolescentes.. Un requisito social para decir que una persona es madura, puede ser el respeto a las normas sociales, de transito y de convivencia, aspectos que muchos de nosotros no alcanzaremos probablemente de manera aceptable. La emoción, su intensidad, estabilidad y expresión sirve muchas veces para catalogar a una persona de madura e inmadura dependiendo de las circunstancias.

En las sociedades tribales la madurez llegaba cuando el joven era capaz de hacer ya la labor adulta, según Eliade, el joven pasaba los rituales de iniciación al tomar parte por primera vez en los sacrificios humanos y en la caza de cabeza, asi como poseía ciertos atributos materiales como herencia de familia. Esta transición en la madurez eran fases de la vida sagrada. En el Imperio de los Incas no existía un cómputo del tiempo para las edades. Según Marie Rostworowski, al investigar los censos incaicos, Rowne (1958:503 y 519) se percato que los Incas no contaban las edades por años y que las personas se clasificaban no por su edad cronológica, sino por sus condiciones físicas y su capacidad para el trabajo.

Los tiempos modernos son de protección al niño y adolescente, la madurez e inmadurez en este sentido se deslizan cerca a una línea muy delgada, aunque todo se encierre en la historia de aprendizaje, que lo ayude a enfrentarse a los problemas futuros con responsabilidad.

FABLA SALVAJE

  Y para cerrar esta serie de artículos que trató de síndromes psicológicos étnicos o, si se quiere llamar, de psicología comunitaria, lo ...