La Autoestima es para decirlo en términos simples, la valorización que se tiene a uno mismo, esta valorización tiene que ver con una manera de pensar, sentir y actuar, y se manifiesta mayormente en la conducta social. Las personas con baja autoestima se nota en el momento de hablar, como por ejemplo miedo a intervenir en un debate, en conversar algún tema, en pedir algún favor o exigir un derecho, en el sentir se manifiesta con una dependencia hacia otra persona, con miedo al rechazo, y temor a la independencia emocional, en la conducta manifiesta se observa con la postura física en todas esas manifestaciones anteriores, incluso agresión hacia el otro cuando no consigue lo que quiere. No es algo que está alejado de nosotros, lo llevamos permanentemente y aunque no nos demos cuenta se nota. Se debe mayormente a una historia de aprendizaje en donde el refuerzo a conductas adecuadas ha sido escaso, manifestaciones de pacientes dirigen la preocupación hacia castigos excesivos y permanentes. Cuando una persona ha sido castigada permanentemente, ya sea presentándole un estimulo adversivo a su conducta, o quitándole algo agradable como consecuencia de la misma, desarrolla una indefensión y una visión negativa de la acción. Ahora bien, el castigo no siempre tiene que ser físico para que esto ocurra, alguna acción, alguna palabra, alguna mirada puede servir como castigo, que a la larga exposición de este, originara que la persona se sienta insegura y tienda a evitar hacer algo o iniciar alguna empresa.
En el colegio por ejemplo, los alumnos constantemente se ven expuestos a castigos de los profesores, malas notas o llamadas de atención, también a las burlas de los amigos, que lo condicionaran a sentirse mal, si tiene problemas de aprendizaje la cosa se agrava. En la casa con los padres las constantes prohibiciones lo llevaran a depender de ellos, restándole independencia que le servirá para la toma de decisiones el resto de su vida.
Cuando uno es adulto la importancia de una autoestima adecuada se manifestara en la toma de decisiones, en la forma de ver la vida, en como enfrenta los problemas que se le presenta a nivel profesional, personal y familiar– lo que llamamos carácter- .
¿Qué podemos hacer?
A nuestros niños debemos reforzarles sus acciones positivas, los padres me dicen siempre que un niño “debe portarse bien porque si” a lo que yo siempre les pregunto, ¿Acaso Ud. va a trabajar porque si, o porque le pagan un sueldo? ¿Acaso se va estudiar en una universidad solo por estudiar una profesión, o porque esa profesión le dará las satisfacciones en emociones y dinero que lo ayudara a sustentarse y vivir? ¿Acaso Ud. ama a su esposa porque si, sin pedirle nada a cambio, ni siquiera amor y respeto?. El asunto es que cuando vemos a alguien a quien decimos “está motivado” creemos que esa motivación es una fuerza metafísica que le sale del corazón, yo lo dudo, es más probable que esa persona motivada, este sintiendo una recompensa ya sea esta social, emocional o material por lo que hace. Reforcemos, incentivemos, recompensemos las conductas de nuestros niños y serán adultos acostumbrados a eso. Pero esa recompensa debe ser por acciones positivas en donde exista posibilidad de desarrollo de sus acciones por su propio esfuerzo, siempre poniéndoles metas de acuerdo a sus posibilidades, ya que cada persona es diferente, así serán sus potencialidades y sus exigencias, el asunto es saber llegar al punto en que las personas conecten con sus recompensas materiales y emocionales, dando paso paulatinamente al desarrollo y mantenimiento de esa satisfacción personal que le da el sentirse bien por lo que hace.
Cuando las recompensas y premios se dan por ningún esfuerzo, es ahí en donde se le condiciona a pedir sin hacer y desarrollara una autoestima frágil, que bajara cuando se enfrente a otra persona que si sabe cómo ganarse esas recompensas que el obtuvo por nada.
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