Las parafilias es el nombre técnico psicológico que se refiere a la desviación de la conducta sexual normal. Esta referencia es en cuanto a la preferencia del objeto y al modo de realizar esa conducta sexual. Las hay de varios tipos los que tienen relaciones sexuales con los cadáveres (necrofilia), con los animales (zoofilia), los que le gustan sufrir y hacer sufrir en el acto sexual (sadomasoquista), los que prefieren un objeto o una parte del cuerpo (fetichismo), los que les gusta exhibirse (exhibicionismo) y muchas más, pero hay una que es la más despreciable por la sociedad por que involucra a niños, y es la pedofilia – paidofilia en su etiología griega - adultos que prefieren como objeto sexual a personas sexualmente inmaduras, cosa que implica además que física y biológicamente también sean inmaduros. Ya definida así las parafilias, explicare en qué consiste desde el enfoque psicológico un desarrollo sexual normal.
La conducta sexual normal de una persona implica factores conductuales cognitivos y emocionales adecuados que la componen. El fin de una sexualidad normal es la obtención de placer mediante el orgasmo. Si hay amor o no, no importa, puede realizarse también por puro placer, dependerá de los valores que las personas involucradas manejen. Diremos que empieza por que la pareja preferida sea biológica y sexualmente madura para el acto sexual, (que sea adulto) luego que la persona tenga deseo sexual y la decisión tomada por iniciativa propia y consentida de tener relaciones sexuales. Los sexólogos han desarrollado toda una serie de etapas técnicas que no vamos a detallar aquí que llevan a la consecución del orgasmo, lo que si diremos es que la relación sexual normal de una pareja, debe empezar por el cortejo de seducción, luego las caricia que llevaran a un nivel de excitación que lo preparara para el coito y después de realizado este, se llegará al orgasmo.
La práctica de la conducta sexual normal debe llevar a la persona psicológicamente estable a disfrutar de esa práctica, que le proporcionara una adecuada autoestima como producto de sentirse querido y deseado y además de querer y desear a la pareja. Expresara con las caricias besos y la obtención del orgasmo las emociones y sentimientos como el amor, cariño o deseo adecuado a su pareja ocasional o estable. Esta unión física debe establecer una unión emocional con la otra persona, no necesariamente en una relación estable, pero si en el sentimiento de respeto, reconocimiento y admiración por los momentos placenteros que lo han llevado a disfrutar.
El problema con las parafilias es que no cumplen todo este trayecto descrito líneas arriba. Se quedaran en una de las etapas de ese desarrollo de la actividad sexual normal, por ejemplo sentirán solo el deseo sexual sin considerar a la otra persona, o pueden pasar por las etapas sin la consecución del placer final del orgasmo. O en los casos más graves esa relación sexual servirá como “desfogue” de tensión y no como expresión de sentimiento. Una de las manifestaciones emocionales de algunas parafilias está basada en obtención de placer por medio de la violencia y el dolor como los sadomasoquistas, o la preferencia de personas física y sexualmente inmaduras, además del ejercicio del abuso del poder como los pedófilos. En los pervertidos, la consecución de placer no está acompañada de sentimientos positivos, de respeto, cariño y agradecimiento por el acto sexual, sino de descarga tensional y sometimiento físico y cognitivo como es el caso de los violadores sexuales de niños o los psicópatas.
¿Cuáles son las causas de estas perversiones?
Las conductas de las personas incluyendo las sexuales, son reforzadas desde edades tempranas, es decir tanto la persona con una conducta sexual normal y una persona con tendencias parafilicas tienen una historia específica de aprendizaje en donde han estado expuestas a estímulos que han reforzado su conducta en el pasado. En el caso de la persona con una conducta sexual normal, los estímulos sexuales adecuados han llevado a realizar una conducta sexual placentera, y han reforzado esa conducta orientado su accionar por caminos de valores positivos condicionándolo a que esa conducta sexual normal se repita. Por el contrario en los pervertidos, se ve una historia de aprendizaje en donde los estímulos sexuales han conllevado una experiencia desagradable que lo han condicionado a que repita ese comportamiento sexual en la actualidad.
En los casos de los violadores de niños, personas socialmente despreciables, así como sexual y psicológicamente perturbadas, han estado expuestas a experiencias sexuales desagradables y negativas que lo han condicionado a portarse de la manera pervertida que lo hacen. Esto puede deberse a que hayan sufrido también violaciones, una crianza con desprecio hacia el sexo o su práctica con abuso de poder, desarrollando esquemas cognitivos machistas, alivio de tensión, sin obtención de orgasmo o en su defecto, la búsqueda y obtención de placer se realizo sin los cauces adecuados explicados líneas arriba, trastocando el camino de la obtención del placer hacia otras formas no adecuadas y con personas débiles o indefensas que muchas veces están bajo su poder parental o emocional. Esta exposición a estímulos inadecuados, han impedido que el pervertido desarrolle habilidades sociales y relaciones adecuadas con el sexo opuesto, emociones estables de afectividad y empatía, que lo han conducido a la práctica de una conducta sexual anormal.
La sociedad también refuerza esta idea con creencias relacionado a lo atractivo que resultan las o los adolescentes, por ejemplo en modelos adolescentes expuestas con poca ropa a la mirada de la gente mediante fotos en periódicos y la televisión, también en canciones que resaltan las cualidades virginales de las chicas o de la época de colegio, hay varios ejemplos de esos y no es necesarios que lo transcriba.
No hay un tipo de clase social o nivel educativo especifico en donde se muevan los pedófilos, se encuentran en todas las clases sociales y educativas, nos encontramos muy a menudo con profesionales, políticos, policías, militares, religiosos, ricos y pobres y según lo que nos dice la experiencia, se encuentran muy cerca de sus víctimas.
¿Qué se puede hacer para evitar o disminuir las posibilidades de que nuestros hijos caigan en las perversiones de estas personas, aquí algunos consejos?
- Tener mucho control de con quién se queda su hijo en casa.
- Disminuir en lo posible las ocasiones y el tiempo en que sus hijos se queden con una persona en casa, ya sea estos, sus primos mayores, tíos o amigos, es recomendable que se quede con el niño una persona de nuestra entera confianza.
- Observar las conductas de los hijos relacionado al tocamiento de sus genitales, y averiguar si corresponden a procesos naturales de su sexualidad o son orientados por otras personas.
- Sin llegar a la paranoia, preocuparse de quienes son sus amigos en el colegio, procure averiguarse con quien anda sus hijos en el barrio.
- Conversar abiertamente con ellos sobre la importancia de cuidar su cuerpo y orientarles a que nadie debe tocarlos, ni el profesor, ni sus amigos, y ningún familiar.
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